quiero ser yo, y dejar de inventar esas eterna mascaras. Pero no puedo, no puedo mostrar lo debil que soy, eso terminaría conmigo. Sus altibajos me desmoronan. Pero esa multitud aterradora nuna se daria cuenta. Su arma es la ignorancia, y te carcome cuando intentas rendirte. No quiero rendirme, no quiero ser mi enemigo. A veces siento miedo de mi misma.
y ahí estoy lamiendoles los pies, pidiendo a Dios que pare. Estoy segura de que este castigo viene de arriba.
Cada vez se me hace más dificil volver.
Y ahora estoy probando a la filosa soledad, la que me hace imaginar felices momentos que nunca sucederan. La felicidad (real) de ayer, está muy lejana.
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